Los países centrales del euro deben aumentar el gasto para afianzar la recuperación europea
Alemania y el Fondo Monetario Internacional (FMI) defienden
desde hace años distintos ritmos de política económica para combatir la crisis
financiera y la recesión. Mientras que Berlín se aferra obsesivamente a la
disciplina fiscal y a una política de austeridad impuesta a toda Europa, el
Fondo sabe que las políticas procíclicas (restricciones presupuestarias en
periodos de bajo crecimiento o fórmulas expansivas en fases de prosperidad)
castigan innecesariamente a los ciudadanos y a las economías nacionales, sobre
todo cuando, como es el caso, se han infravalorado los multiplicadores que
relacionan los efectos sobre la renta de los recortes del gasto. El Fondo
acierta cuando reclama a Alemania que haga más gasto de inversión para cebar la
economía europea y recomienda que aumente el presupuesto en infraestructura de
transporte al menos en 0,5 puntos de PIB anuales durante cuatro años.
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