Santos Ruesga Benito / El País
En tiempos de crisis emerge el debate sobre el tamaño y la dinámica de
la economía sumergida, con afirmaciones sobre su comportamiento anticíclico, no
exentas de un cierto carácter exculpatorio para los poderes públicos, que
eluden así parte de sus responsabilidades de gestión. La Comisión Europea ha
mostrado su preocupación por este fenómeno que erosiona peligrosamente las
arcas públicas. “El comisario de Fiscalidad, Algirdas Sementa, celebró los
progresos y la acción en la lucha contra la evasión fiscal, que le cuesta en
torno a un billón de euros al año a Europa” (EL PAÍS, 14 de abril de 2013).
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