Paul Krugman / El País
Una de las
conclusiones que hemos sacado de los problemas económicos recientes ha sido la
utilidad que tiene la historia. Justo cuando se producía la crisis, los
economistas de Harvard Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff —que,
desafortunadamente, se hicieron famosos por su peor trabajo— publicaban un
brillante libro con el sarcástico título de Esta vez es distinto. Su argumento,
cómo no, era que existe un considerable parecido familiar entre unas crisis y
otras. De hecho, los paralelismos históricos —no solo con la década de 1930,
sino con Japón en la de 1990, Reino Unido en la de 1920, y más— han sido una
guía esencial durante la crisis actual.
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