El aumento de los tipos de interés hace que un desenlace feliz de la crisis sea menos probable
Paul Krugman / El País
La mayor parte de las veces, Ben Bernanke y sus compañeros de la Reserva
Federal han sido buenos chicos en estos accidentados tiempos
económicos. Han tratado de impulsar la economía, aun cuando la mayor
parte de Washington, por lo visto, se ha olvidado de los parados, o bien
ha decidido que la mejor forma de corregir el desempleo es intensificar
el sufrimiento de los desempleados. Se podría alegar —y yo lo haría—
que el activismo de la Reserva Federal, aunque bienvenido, no es
suficiente, y que debería estar haciendo todavía más. Pero, al menos, no
ha perdido de vista lo verdaderamente importante.
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