Estados Unidos ha dado
un paso de gigante en su confirmación como gran nación de emigrantes: el Senado
aprobó este jueves definitiva y contundentemente la reforma que permite la
legalización de más de 11 millones de indocumentados, lo que puede conducir a
una honda transformación con implicaciones económicas, políticas, sociales y
culturales. Aunque la votación de esta tarde está todavía pendiente de su
ratificación en la Cámara de Representantes, el debate se desenvuelve en un
contexto histórico que permite vaticinar su éxito final.
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