Raymundo Riva Palacio / Eje Central
El presidente Enrique Peña Nieto va por
el resto. Invertirá todo su capital político –que se ha venido
dilapidando aceleradamente- en busca de la reforma madre, la de Pemex.
Peña Nieto se pintó de guerra y anunció a los inversionistas en Londres y
en Nueva York el final de ocho décadas de tabú y que para llevarla a
cabo, propondrá reformas constitucionales. Nada de timidez en la
iniciativa que entrará en septiembre a las cámaras, ni gradualismos. Al
advertir que habrá cambios constitucionales, el Presidente definió los
términos de la batalla política que dará. “Pemex no tiene la capacidad
financiera para estar en cualquier frente de la generación energética”,
dijo a Bloomberg. “La reforma será transformacional”, agregó al Financial Times.
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