Alejandro Nadal / La Jornada
Durante los años que
siguieron a la segunda guerra mundial, el mundo de las finanzas tuvo que
subordinarse a los dictados de un esquema regulatorio que frenó sus
ínfulas de dominación. La conferencia de Bretton Woods estableció un
esquema regulatorio que en buena medida (no totalmente) estaba
comprometido con el objetivo de abaratar el costo del dinero y, para
ello, impuso un sistema de controles sobre los flujos de capital. Ese
sistema internacional de paridades fijas fue una de las claves para
alcanzar las altas tasas de crecimiento que marcaron la época de los
años dorados del capitalismo mundial
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