Miguel Mora- París-El País
La exministra de
Economía francesa Christine Lagarde, sospechosa de complicidad en falsedad y
desvío de fondos públicos en el escándalo Tapie, convenció a los jueces que le interrogaron el 23 de mayo pasado de que actuó siempre de buena fe en
aquel proceso. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) se
defendió de las acusaciones culpando a su ex jefe de Gabinete Stéphane Richard
—hoy presidente ejecutivo de Orange e imputado por estafa en banda organizada—
y afirmó que este le ocultó la información que podría haberle hecho cambiar de
opinión. Preguntada por varios informes oficiales que desaconsejaron el
arbitraje y recomendaron recurrir su decisión, Lagarde señaló que Richard se
los ocultó. “Debería haber sido más desconfiada”, admitió.
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