La gran reforma de la economía solo será posible si el próximo presidente frena la polarización política
Vicente Palacio / El País
Estados Unidos se halla en búsqueda de un espacio propio, en un mundo que ya no controla. Las cosas no han salido como Obama soñó. Han sido cuatro años de infarto, quizá los más densos de la historia reciente de EE UU: el terremoto en Wall Street y las finanzas mundiales; la retirada de Irak y Afganistán; guerras democráticas en Oriente Próximo, sangre en Libia y Siria; el ascenso turbulento de China; en fin, la grave enfermedad de la Unión Europea. Y en casa, un Tea Party en pie de guerra que casi fuerza al país a la bancarrota.
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