jueves, 29 de noviembre de 2012

CALDERÓN Y EL CONGRESO

Salvador García Soto / 24 Horas
Si Felipe Calderón entró al Congreso, para tomar posesión en 2006, en medio de gritos, patadas y empujones, exactamente de la misma forma está saliendo de su sexenio con una relación accidentada, rijosa, antipolítica y de excesiva rudeza, con un poder al que mostró muy poco respeto y más bien vilipendio y menosprecio, a pesar de su experiencia parlamentaria. Más que negociar, Calderón se confrontó siempre con diputados y senadores; más que operar políticamente y cabildear sus iniciativas, trataba siempre de imponerlas con muy poca ayuda de su partido, el PAN, que nunca actuó como la fuerza gobernante.

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