José Luis Leal / El País
En 1920, John Maynard Keynes publicó su conocida obra Las
consecuencias económicas de la paz, en la que criticaba duramente las
decisiones de la Conferencia de Versalles a propósito de las reparaciones de
guerra exigidas a Alemania y a sus aliados. La tesis fundamental de Keynes
consistía en que las condiciones eran demasiado duras, prácticamente
incumplibles, y que por ello la imposición de las mismas solo podía conducir a
lo que ahora llamamos una fractura social de imprevisibles consecuencias, como
así ocurrió. Hitler y el nazismo fueron, en buena medida, hijos de la
Conferencia de Versalles. Tan enconado fue el resentimiento que cuando Alemania
invadió Francia al comienzo de la Segunda Guerra mundial, Hitler impuso que el
armisticio se firmara en el mismo vagón de tren en el que varias décadas antes
se había firmado la rendición de Alemania.
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