A menos de dos meses de que se inicie 2013, los últimos datos de
actividad económica en España muestran una economía que continúa en recesión.
La lenta absorción de los desequilibrios acumulados en los años anteriores a la
crisis, unas tensiones financieras en Europa que siguen siendo elevadas, un
mecanismo de transmisión de la política monetaria completamente roto y una
confianza en la economía española que no acaba de recuperarse son algunos de
los factores que están detrás de la caída del PIB. A estos factores hay que
añadir los efectos contractivos del inevitable ajuste fiscal que están llevando
a cabo las Administraciones Públicas españolas. Las consecuencias de todo ello
son que 2012 cerrará con una contracción del PIB cercana al 1,4% y que en 2013
se producirá previsiblemente una disminución similar.
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