Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
La semana pasada, el jueves 23 de enero para ser exactos, nos preguntamos en esta columna dónde estaba el Embajador de México en Estados Unidos, en momentos en que nuestro país enfrenta una coyuntura tan difícil, delicada y tensa en su relación con los Estados Unidos. Nos referimos a que mientras Esteban Moctezuma, actual embajador en Washington, parecía vivir horas extra ante su inminente relevo en el cargo, la presidenta Sheinbaum seguía sin decidir quién sería su remplazo y el embajador que representara a su gobierno frente a las agresivas políticas del nuevo presidente Donald Trump.
Nuestra pregunta se basaba en información confirmada desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, de que a la doctora le habían recomendado, desde el inicio de su administración, la conveniencia de que nombrara a su primer embajador en Estados Unidos, justo antes de la llegada de Trump y que le diera las gracias a Moctezuma que fue el segundo y último embajador en la administración del expresidente.
Y es que la tardanza de Palacio Nacional para tomar una decisión sobre el relevo en la embajada más importante y estratégica -siempre, pero sobre todo en estos momentos- para la política exterior de nuestro país, había desatado una serie de rumores, especulaciones e información también comentada en los pasillos de la SRE, sobre los nombres de posibles candidatos que analizaba la Presidenta para mandarlos a ocupar el despacho principal de la sede diplomática ubicada en el 1911 de Pennsylvania Avenue, en Washington DC.
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