Jorge Ramos - El Siglo de Torreón
Es una oportunidad única. Estás frente al hombre más poderoso del mundo. Acaba de convertirse, una vez más, en el presidente de Estados Unidos, y es su primer día completo en el puesto tras su regreso a la Casa Blanca.
Es una vieja tradición ir a la iglesia durante la mañana del primer día de la presidencia. Tú tienes un micrófono y él no. Hay reporteros de todos lados. Las cámaras te apuntan. Hay cientos de personas sentadas esperando tu sermón en la Catedral Nacional de Washington. El evento se transmite a nivel internacional. Millones de personas lo van a escuchar. Tomas el púlpito, rodeado de flores rojas y blancas, y se crea un incómodo silencio. Casi nadie sabe quién eres. Pero pronto lo van a saber.
¿Qué hubieras hecho tú?
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