Amador G. Ayora - Madrid - elEconomista.es
La Administración Biden cambió su estrategia económica nada más acceder a la Casa Blanca y desistió del neoliberalismo, porque creyó que en lugar de combatir el desempleo se centraba en la inflación, que había dejado de ser un problema. Si después de una década de tipos de interés en mínimos (2008-2018), la inflación era tan baja, los acontecimientos demostraban que se podía gastar más sin preocuparse de la evolución de los precios, concluyeron.
Con estas premisas, Biden se puso manos a la obra: promulgó el Plan de Rescate, un paquete de estímulo de casi dos billones de dólares, que se sumó a otros dos billones que la administración Trump había gastado en pandemia, sin importar el gasto. Tres años después, el IPC había subido el 20%. Los asesores políticos del presidente habían subestimado las consecuencias de los estímulos sobre la inflación.
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