- “Nada es más efectivo que exasperar los miedos de la población y a eso está dedicada en gran medida la estrategia electoral y mediática de los adversarios del lopezobradorismo”
Los números cuentan otra realidad. Con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto el fenómeno se intensificó: el panista tomó el poder con 10 mil asesinatos al año y lo dejó en 26 mil; el priista lo recibió con esta cifra y la llevó a 36 mil. Es decir, lejos de atenuar el problema, lo multiplicaron. Bajo cualquier perspectiva, lo que hicieron en materia de seguridad tendría que ser cuestionado a partir de estos resultados. López Obrador no pudo resolver el problema, pero en efecto al menos logró que no siguiera creciendo en sus primeros tres años, y en los siguientes tres comenzó a disminuirlo. Al terminar su administración habrá pasado de 36 mil a 30 mil anuales. La tasa de asesinatos por 100 mil habitantes habrá disminuido de 28 a 25. Una proporción que nos mantiene entre los más altos del mundo, pero al menos desescalando posiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario