lunes, 22 de enero de 2024

EL CRÉDITO

León Bendesky - Periódico La Jornada

El dinero no se vende, nadie pagaría por un billete de 100 pesos ciento un pesos y nadie aceptaría a cambio 99 pesos. Lo que se vende es el crédito, es decir, una deuda. Este puede ser de tipo informal, como el que se hace entre las familias o los amigos; el de los prestamistas que operan en muchas localidades; o bien, puede ser formal, si se contrata con una empresa o una institución financiera. Los proveedores dan crédito a los negocios que les compran; las instituciones financieras operan con formas muy variadas de créditos a personas, negocios y gobiernos. Quienes dan crédito cobran una tasa de interés, ese es el precio. El plazo para pagar un crédito puede variar desde unas horas, un día o 30 años, como es el caso de las hipotecas; las deudas de gobiernos incluso más. Las deudas derivadas de un crédito, se pueden renegociar en cuanto a las condiciones originalmente pactadas. Si no se pagan, se crean situaciones de orden particular entre el deudor y el acreedor; si el impago se generaliza se puede generar una crisis financiera, con costo para la sociedad.

La formación de los precios de las deudas, es decir, las tasas de interés, es un proceso complejo. Los bancos centrales determinan una referencia, como es el caso de las tasas para los créditos entre los bancos (la tasa de interés interbancaria de equilibrio o TIIE de Banxico, por ejemplo), para que las instituciones financieras fijen las tasas de sus propios créditos. Así que el costo del crédito es clave para configurar la estructura del amplio conjunto de las distintas modalidades de crédito en el mercado (nacional e internacional). 

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