- El retroceso del inmobiliario se notará más en el IPC que en el PCE
- El PCE subyacente ha sido hasta ahora el indicador 'fetiche' de la Fed
- La Fed tendrá difícil justificar el tono duro si el IPC se acerca al 2%
Mario Becedas - Vicente Nieves - elEconomista.es
Tener más de una vara de medir ayuda a conseguir una mejor panorámica del estado de los precios, pero a la vez puede acarrear problemas y eso es lo que le podría pasar en los próximos meses a la Reserva Federal de EEUU. Tradicionalmente, el banco central más auscultado del planeta ha tenido su indicador 'fetiche' de inflación: el conocido como PCE subyacente, un deflactor del gasto de consumo personal que excluye energía y alimentos. Pero la escalada inflacionaria vivida en la salida de la pandemia ha hecho que demasiados ojos se hayan posado sobre el mediático índice de precios al consumo (IPC). Entre esas miradas ha estado puntualmente la de la Fed, lo que amenaza con traer más quebraderos de cabeza para el organismo presidido por Jerome Powell. Mucha culpa tendrá la previsible caída de la vivienda, que arrastrará al IPC (donde el inmobiliario tiene mucho), frente al PCE (donde la vivienda está mucho menos representada).
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