- Rusia tiene una larga lista de países que actúan como intermediarios
- Armenia compra los bienes que Rusia tiene prohibidos y se los vende a Moscú
- De este modo, la industria rusa tiene acceso a tecnología y maquinaría para producir
Vladimir Putin, presidente de Rusia
Vicente Nieves - elEconomista
Las fuertes sanciones que ha impuesto Occidente a Rusia prometían tener un impacto brutal sobre la economía. Aunque es cierto que estas sanciones tenían la capacidad de dañar (y mucho) a la economía europea (muy dependiente de la energía rusa), sobre todo tenían el potencial para devastar la economía de Rusia. Sin embargo, más de un año después, Rusia sigue resistiendo y haciendo malas esas lúgubres expectativas. Todo hace indicar que las sanciones, por ahora, solo han modificado los flujos de intercambios de bienes y servicios, pero no han privado a Rusia de sus exportaciones de petróleo ni de las importaciones de los tan necesarios bienes intermedios (maquinaría para seguir produciendo petróleo y fabricando bienes) y la tecnología. ¿Cómo es posible que el todo-poderoso Occidente no haya logrado aislar a Rusia? La respuesta parece cada vez más clara: Rusia tiene una larga lista de países 'aliados' que actúan como intermediarios.
En el caso del petróleo y los refinados, los flujos comerciales han revelado que Rusia estaría colocando sus productos derivados del petróleo a través de terceros países que usan su gran capacidad de refino para comprar el crudo ruso a descuento (unos 60 dólares barril) y después enviarlo de vuelta a Europa. El proceso es relativamente sencillo, legal y, por tanto, cumple con los parámetros de las sanciones.

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