Ángel Ubide / El País
Qué debería hacer la política monetaria cuando no hay inflación, el
desempleo es altísimo, pero las secuelas de la reciente crisis financiera
todavía están recientes y hay miedo de estar ya creando una nueva burbuja? En
conferencias por todo el mundo, académicos y banqueros centrales llevan tiempo
debatiendo esta disyuntiva. ¿Estaremos creando con estos tipos de interés tan
bajos otra crisis financiera futura? Este debate se combina con la
incertidumbre sobre el proceso de salida de la
política monetaria no convencional —la política monetaria que hemos presenciado
en los últimos años, dedicada sobre todo a la compra de activos varios, y no a
la subida o bajada de los tipos de interés. Se nota un deseo enorme de volver a
los viejos tiempos, cuando la política monetaria era “aburrida”, en palabras
del saliente gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, cuando el debate
se centraba, casi siempre, en la alternativa entre no hacer nada o subir o
bajar los tipos de interés un 0,25%. Los banqueros centrales añoran esos días.
Pero lo más probable es que los viejos tiempos tarden mucho en volver, y
debemos preparar el sistema económico, institucional y de gestión de riesgos
para un largo periodo de política monetaria interesante.
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