Xavier Vidal-Folch / El País
Las turbulencias procedentes de Chipre y el riesgo de pánico
financiero se han amansado gracias a las buenas noticias japonesas. Así que
ahora llega el momento de lavar con frialdad la ropa sucia y contestar a una
pregunta cada día más frecuente: ¿Están a salvo mis ahorros?
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