lunes, 29 de abril de 2013

UN PAÍS DEVASTADO

Existe en el Gobierno una especie de fatalidad inevitable sobre el paro: impotencia.
Joaquín Estefanía –Madrid-El País
Preguntado el presidente de Gobierno, apenas unas horas antes del Consejo de Ministros que iba a aprobar el programa de reformas, Rajoy respondió neto, sin oraciones subordinadas: “No hay impuestos el viernes”. Los hubo: en 2014 no se producirá la reversión a la baja, prometida y mil veces publicitada, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que fue denominada en su momento “gravamen temporal de solidaridad”; se suprimen deducciones en el Impuesto de Sociedades (las empresas pagarán más); se ampliarán los impuestos especiales y medioambientales; y se crea un impuesto para los depósitos bancarios que, según el ministro de Hacienda, no pagarán los depositantes sino los bancos (con los resultados de credibilidad que cualquiera puede suponer).

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