- Aunque antes del inicio de la actual administración se pensaba que el titular del Poder Ejecutivo podría atentar contra los intereses del sector financiero, y en específico del bancario, la realidad terminó demostrando un panorama diametralmente distinto
Gabriel Nava - Reporte Índigo
A pesar de las perspectivas negativas que se tenían sobre la relación que el presidente López Obrador sostendría con la banca en México durante su mandato, dicho sector se ha visto ampliamente beneficiado por las condiciones macroeconómicas, financieras y monetarias que se han impulsado en este sexenio.
Convencionalmente se piensa que los gobiernos que se reivindican “de izquierda” suelen tener una mala comunicación y desencuentros con los gremios considerados dueños del capital, al grado de perseguirles para atentar contra sus ganancias; todo un panorama apocalíptico que en el caso mexicano resonó entre medios de comunicación, y en parte de la opinión pública, poco antes de que Andrés Manuel López Obrador llegara al poder.
Sin embargo, durante esta administración, la banca mexicana ha logrado consolidar la fortaleza financiera suficiente para soportar pérdidas no esperadas, se ha desarrollado una buena administración de riesgos y se concentraron reservas suficientes para cubrir 1.5 veces la cartera vencida de todo el sistema, ha expuesto la Asociación de Bancos de México (ABM), llegando incluso a reportar utilidades por casi 300 mil millones de pesos en el último año, una cifra sin precedentes.
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