Por José Soto Galindo - El Economista
Desaparecer al Inai no es una buena idea. Si lo que al presidente López Obrador le molesta es el presupuesto federal que se asigna del Inai y una supuesta duplicidad de funciones con otras áreas del gobierno, pudo haber propuesto una reingeniería del instituto y buscar eficiencias administrativas y presupuestales (como reducir el número de comisionados en el pleno del Inai, por ejemplo). Lo que propone, en cambio, es dinamitar el todo un sistema de tutela de dos derechos fundamentales, sin consecuencias positivas en la contraloría de los recursos públicos ni en la garantía del derecho a la protección de datos de los ciudadanos.
La iniciativa de reforma constitucional que el presidente López Obrador presentó el 5 de febrero de 2024 a la Cámara de Diputados pretende desaparecer al Inai y asignar sus tareas a otras áreas del gobierno. El resultado es un sistema fragmentado y que ofrecerá múltiples criterios de aplicación para el ejercicio de los mismos derechos: el de acceso a la información pública y el de protección de datos personales. Será también un sistema en el que los responsables de garantizar derechos serán en casi todos los casos juez y parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario