- Los expertos advierten de que las medidas del gobierno solo tienen recorrido a corto plazo
- La crisis inmobiliaria sin resolver sigue siendo uno de los principales escollos de la economía
Ángel Alonso - Madrid - elEconomista.es
China acaba de entrar en el año del dragón de madera, un signo que se caracteriza por el éxito, la suerte, el crecimiento y la flexibilidad en el horóscopo asiático. Cualidades que podrían deslumbrar al inversor en la renta variable de esta potencia mundial, que ha corregido algo las pérdidas desde principios de año gracias a las medidas implantadas por las autoridades, pero que podrían resultar apenas un fuego fatuo dada la envergadura de las medidas estructurales que reclama la economía china, que tienen como epicentro la crisis del sector inmobiliario, como ha dejado ver la caída de Evergrande, en un momento en que la tasa de crecimiento potencial de la economía china se reducirá al 4% a medio plazo y al 3% a más largo plazo.
Los fondos de bolsa china, tanto continental como de las acciones que cotizan en Hong Kong, ya reflejan pérdidas, con una caída media de más del 18% anualizado a tres años, y a diez años, el porcentaje de revalorizacion se reduce ahora a un 4,39% anualizado.

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