Silvia Ribeiro* - Periódico La Jornada
Finaliza hoy la conferencia COP27 sobre clima en Naciones Unidas. Pese a la gravedad de los hechos y que se conocen bien las causas, la resolución de los grandes temas va a paso de tortuga. O en varios temas cruciales, hacia atrás, como en la financiación necesaria para enfrentar los impactos del cambio climático y para prevenir que sigan ocurriendo.
No obstante, hubo un pequeño paso hacia la puesta en práctica de un mecanismo internacional sobre pérdidas y daños del cambio climático. La decisión sobre este mecanismo ya existía, en esta COP27 se aprobó establecer un consejo asesor en la llamada Red Santiago sobre pérdidas y daños, para dar asistencia técnica a los países del Sur global. A los pocos, pero poderosos países e industrias que tienen mayor responsabilidad histórica en causar el caos climático no les causa gracia que quede clara su responsabilidad y mucho menos asumir los daños causados. A duras penas aceptaron este nuevo órgano, pero no se pudo acordar fondos para que funcione, mucho menos para avanzar un mecanismo de reparación a los dañados. En lugar de ello, surgen propuestas de mercado: por ejemplo, crear un sistema de seguros, es decir que los países tengan que pagar una prima para intentar resarcir sus daños futuros, no los que ya les han causado.
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