Lorenzo Meyer - Diario de Yucatán
La marcha convocada para hoy por el presidente en la Ciudad de México como preámbulo a su informe del cuarto año de gobierno admite al menos dos interpretaciones complementarias.
Por un lado, es un respaldo al gobierno y al proyecto lopezobradorista y, por otro, una muestra de la gran energía social que aún puede y debe ser encausada para llevar al cabo los cambios que aún faltan para efectivamente modificar la naturaleza íntima, el corazón, del régimen vigente.
En el 2018 Andrés Manuel López Obrador y el lopezobradorismo ganaron el gobierno y desde ahí han empezado a trabajar en la gran tarea histórica que se propusieron de tiempo atrás: poner en marcha cambios de fondo en los valores y metas del conjunto de instituciones públicas y privadas, formales e informales a través de las cuales se genera y se regula el ejercicio del poder político, es decir, sustituir al viejo régimen por uno realmente inédito, diferente y superior al que ha operado en el último siglo.
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