Por Gernot Wagner - El Economista
Si bien ninguna legislación es perfecta, la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos de 2022 cambiará las reglas del juego para la transición a fuentes de energía limpia, tanto en Estados Unidos como en todo el mundo. Al duplicar su política industrial con visión de futuro, Estados Unidos de repente está listo para hacer que Europa, China y otros corran por su dinero
NUEVA YORK – Estados Unidos ha entrado en la carrera de la energía limpia a lo grande con la Ley de Reducción de la Inflación (IRA). La ley no solo subsidiará a los productores y consumidores de energías renovables en Estados Unidos a razón de 369,000 millones de dólares en 10 años, sino que también autoriza al Departamento de Energía (DOE) a prestar hasta 250,000 millones de dólares a empresas norteamericanas que estén invirtiendo en la transición a energías limpias. Entre la IRA y el reciente paquete de 52,000 millones de dólares para impulsar la producción de semiconductores en Estados Unidos, resulta evidente que la política industrial vuelve a estar en boga en Washington.

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