domingo, 28 de agosto de 2022

EL CRIMEN ORGANIZADO AHOGA AL CONSUMIDOR INDEFENSO Y DISPARA LA INFLACIÓN

  • Las bandas de extorsión callejeras evolucionan sus métodos y alcanzan a las econonías más humildes

Un policía resguarda una pollería en Chilpancingo, Guerrero, luego del asesinato de ocho comerciantes de pollo en junio de este año. DASSAEV TÉLLEZ (CUARTOSCURO)

Carmen Morán Breñas - Isabella Cota  - México - El País

De norte a sur, México está atravesado por bandas delictivas o criminales que no salen en las series de televisión surcando el cielo con su carga de drogas. Sin estar encabezadas por célebres mafiosos, han tejido infinitas redes de extorsión a la pequeña y mediana economía que ahogan a la agricultura, el comercio y llegan hasta las viviendas, donde el ciudadano se siente cada día más desconcertado sobre el destino final de su dinero cuando llena la cesta de la compra o el tanque de la gasolina; cuando carga el gas en la casa o se toma una cerveza; cuando adquiere productos en el tianguis o se cuida la salud en una clínica. Detrás de un incendio en el mercado o de la subida del precio de las tortillas o el desabastecimiento de pollo están las bandas criminales, con una penetración en la economía tan amplia que es casi imposible encontrar una transacción que no les beneficie, directa o indirectamente. Los últimos datos del Inegi, para 2019, revelan que el daño a las empresas por estas mañas fue de 359.000 millones de pesos, casi dos puntos del Producto Interno Bruto (PIB) y los delitos contra las personas ocasionaron pérdidas de 277.000 millones de pesos. A punta de pistola.

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