jueves, 14 de septiembre de 2017

UN ASESINO DE MAL GUSTO

  • El veredicto final fue posible gracias a las voluntades que venció una madre irreductible
Jorge Zepeda Patterson - El País
Esta no es una historia feliz. O quizá sí, pero solo por su desenlace. Martha Ximena, una hermosa chica de 26 años, se despidió de sus amigas tras charlar algunas horas en un Starbucks de la zona metropolitana de la Ciudad de México. A las 23.50 envió un WhatsApp a sus compañeras para decirles que había llegado a casa. Vivía desde siete meses antes con Carlos en un apartamento que habían comprado entre ambos con sus primeros sueldos. Posteriormente, él aseguró que al salir a trabajar el día siguiente la había dejado dormida. Nunca volvieron a verla con vida.

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