- Tras fracasar en la reforma sanitaria, el presidente de EEUU anuncia hoy una fuerte reducción del impuesto de sociedades y el aumento de la deducción mínima para los trabajadores
Donald Trump regresa a territorio seguro. Vapuleado por sus coqueteos racistas en el deporte, humillado en su fracasada reforma sanitaria y cada vez más cuestionado internacionalmente, el presidente de EEUU ha recurrido a la baza económica. En un acto en Indianápolis, el multimillonario ha presentado este miércoles una reforma fiscal que busca la cuadratura del círculo: rebajar los impuestos a los más ricos y reducir la carga a las empresas al tiempo que alivia a las clases medias y trabajadoras. Un sueño de aires reaganianos que deja sin resolver la cuestión esencial: quién pagará la factura.
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