- Diversos estudios sugieren que las catástrofes pueden impulsar el PIB a medio o largo plazo, pero solo si no son muy severas y ocurren en países con capacidad de respuesta
Primero fue el huracán Harvey, que a finales de agosto dejó un sendero de destrucción por el Caribe oriental y el sureste de EE UU. Cientos de miles de casas resultaron inundadas y más de 30.000 personas tuvieron que ser evacuadas. Peor aún se presentaba el Irma, que a las pocas semanas embistió contra la costa de Florida. Pese a que los daños fueron menores de lo inicialmente previsto, siete millones de personas, un tercio de la población del Estado, se quedaron sin luz. El gasto total para paliar los efectos de los huracanes puede rondar los 175.000 millones de dólares, según calculó el antiguo jefe de la Agencia Federal de Emergencias de Estados Unidos. Prácticamente al mismo tiempo, el sureste de México temblaba con el mayor terremoto del país en un siglo, que dejó un centenar de muertos y un sinfín de ruinas.
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