Es urgente pensar en cómo organizar una sociedad en la que una parte
de la ocupación no será necesaria para la actividad económica
Joan Majó / El País
A medida que dura la crisis, crece la sensación de que ha venido para
quedarse durante largo tiempo. Yo mismo dije en 2010, creo que en estas
mismas páginas, que habíamos tocado fondo pero que podíamos seguir
recorriendo el fondo muchos años. Las previsiones de algunos economistas
y de algunas instituciones, sobre la lentísima recuperación del empleo,
avalan esta sensación. Porque debemos ser claros: para una gran mayoría
de los ciudadanos, la crisis no es la evolución del PIB, ni del
déficit, ni de la prima de riesgo; la verdadera crisis es la falta de
trabajo y la falta de perspectivas relacionadas con él.
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