El problema de Francia es el empleo y el crecimiento, no el déficit
Sin necesidad de una reunión previa del Ecofin o del Eurogrupo, sin
telefonazos de Obama o del primer ministro chino, el jefe de Gobierno
francés, Manuel Valls, ha certificado el fin de la “vía francesa hacia
la austeridad” y la alineación del país con la política económica del
resto de Europa, que hegemoniza Alemania. Todo recuerda a lo que sucedió
en España a partir del 9 de mayo de 2010, cuando Zapatero dio un giro
copernicano a su política económica ante la posibilidad inmediata de una
intervención. La Francia socialista inicia así, con varios años de
retraso, un parecido camino al de la España socialista.
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