El que fuera mano derecha de Benedicto XVI contraviene la política de Francisco con un ático de lujo en el Vaticano
Dijo el papa Francisco que la convivencia con el papa emérito Benedicto
XVI no le causaba problema. “Es como tener al abuelo en casa”, bromeó el
argentino Bergoglio, que, a pesar de tan juvenil expresión, se aproxima
a los 78 años. No se pronunció el Pontífice sobre las bondades de
convivir con aquellos lobos que oscurecieron el papado de Benedicto XVI
con intrigas y luchas por el poder. Quizá Francisco desconocía entonces
los planes de la mano derecha de su antecesor, el que fuera todopoderoso
secretario de Estado Tarcisio Bertone, un purpurado incapaz, a todas
luces, de adaptarse al nuevo mandato del Papa, que desea una Iglesia
sencilla para los pobres.
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