Joseph E. Stiglitz / El País
Ningún país en la historia ha crecido tan rápido —ni ha
sacado a tantas personas de la pobreza— como China lo hizo durante los últimos
30 años. Un sello distintivo del éxito de China ha sido la voluntad que tienen
sus líderes para revisar el modelo económico del país, cuándo y en la forma
como sea necesario, a pesar de la oposición de poderosos intereses creados. Y
ahora, a medida que China implementa otra serie de reformas fundamentales,
tales intereses ya se están alineando para oponer resistencia. ¿Podrán triunfar
nuevamente los reformadores?
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