MÉXICO, D.F.
(proceso.com.mx).- La corrupción es transversal. No aparece sólo en la
prestación de servicios públicos, en el manejo de los recursos del erario, sino
en toda actividad humana, incluso en la académica.
Casualmente las
universidades sujetas por doble vía (ley local y ley federal) al escrutinio
público siguen siendo reacias a la transparencia bajo toda clase de argumentos
como lo ha comprobado la jurista Perla Gómez Gallardo en su obra Transparencia
Universitaria, retos y oportunidades (Jus, 2012). La invisibilidad de la
corrupción hormiga genera incentivos para que se reproduzca porque no tiene
costo alguno seguir cometiendo actos indebidos.
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