Salvador García Soto / 24 Horas
Bastaron menos de 10 días de una jornada de lucha contra
la reforma educativa para que la Coordinadora Nacional de Trabajadores
de la Educación (CNTE) pasara de ser una disidencia magisterial
organizada y con vínculos con los grupos más radicales de la República a
convertirse, quizás, en la organización social más poderosa y temida
por todas las autoridades de este país
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