La imagen de una Alemania que ha salido triunfadora de la tormenta
económica es una ilusión a punto de desvanecerse. Las políticas
aplicadas bajo su dictado han hecho a Europa, y a su moneda, más
vulnerables
Jörg Bibow / El País
Hoy es una creencia aceptada considerar a Alemania como ganadora en la
crisis del euro. La triste verdad es, sin embargo, que el euro aún no ha
producido un ganador real, en tanto que las aparentes ganancias de
Alemania en la crisis del euro son en gran parte una ilusión a punto de
desvanecerse. En última instancia, solamente un básico rediseño de las
políticas y las instituciones de la eurozona haría posible crear una
unión de verdaderos “euroganadores”. Ofuscada por ideas y creencias mal
concebidas —y en contra de sus intereses nacionales—, Alemania está
impidiendo con firmeza que se pueda dar ese paso. Las políticas
aplicadas y las reformas emprendidas desde 2009 bajo dictado alemán han
hecho a Europa más vulnerable y son, también cada vez más, una amenaza
para la estabilidad global. Por de pronto, el euro sigue firmemente la
senda de su liquidación, un acontecimiento en el que Alemania se
encontraría entre los mayores perdedores.
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