Nuestro
enfoque es sociopolítico e histórico, no de crítica religiosa. Hablamos aquí de
dos hombres de Estado, aunque en el caso de Karol Wojtyla no podemos separar al
hombre de Estado de la más alta jerarquía eclesiástica. Pero en nuestro enfoque
se privilegia la primera condición sobre la segunda para fines tanto analíticos
como conclusivos, sabiendo que aún bajo ambas premisas emergen con fuerza las
determinantes ideológicas y políticas de su actuación. Ello unifica a Karol
Wojtyla y a Juan Pablo II con el jefe de Estado y el líder religioso.
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