domingo, 11 de agosto de 2013

COMO UN ANIMAL SALVAJE

Julio Scherer García / Apro
Lejos ya del papel de capataz de los cerca de 7 mil jornaleros que participaban en las tareas relacionadas con el tráfico de drogas desde el rancho El Búfalo, Rafael Caro Quintero, quien decía hallarse ‘jodido’ y estar ‘hasta la madre’ tras 17 años de prisión, admitió que era ‘enamorado de tiempo completo’, que era rebelde desde pequeño porque le resultaba ‘muy difícil acatar órdenes’, y que tanto él como sus hermanos le tenían miedo a la gente. ‘Es mala comparación pero éramos como animales salvajes’, dijo en la entrevista que se reproduce enseguida y que se publicó en el libro Máxima seguridad, de Julio Scherer García

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