Orlando Delgado Selley / La Jornada
En una decisión
esperada, el banco central de Japón anunció que en los próximos dos años
inyectará el equivalente a 30 por ciento de su PIB a esa economía, con
el propósito de vencer tres lustros de depresión y deflación. Para
llegar a esta decisión, hubo cambios significativos en los mandos
políticos y económicos: llegó Shinzo Abe al gobierno, electo en
diciembre pasado en base a una propuesta de recuperación económica
heterodoxa: estímulos fiscales, política monetaria expansiva y llegar a
una inflación de 2 por ciento anual. A esto se le llamó la Abeconomía.
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