México SA
Capitales golondrinos
¿Cuánto dura el gusto?
Carlos Fernández-Vega / La Jornada
De muchos años atrás el
tipo de cambio peso-dólar tiene no sólo un impacto económico directo,
sino un efecto sicológico entre la mexicanada, lo cual hábilmente
aprovecha el gobierno federal en turno, siempre y cuando la cotización
le sea favorable, en apariencia. Por ejemplo, con Felipe Calderón, en la
parte más crítica de la crisis de 2009, tal indicador se elevó más allá
de 16 bilimbiques por cada billete verde, marca histórica en estos
menesteres junto con la salida de capitales, y en Los Pinos se
esforzaban, sin éxito, para justificar tal devaluación.
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