- Con una Ucrania debilitada por cansancio o por knock out, es decir por falta de recursos o por presión de Trump si llega a la Casa Blanca, Putin confía en una negociación que ponga fin a la guerra en términos favorables. Muy probablemente sucederá.
Jorge Zepeda Patterson - Sin Embargo
Al margen de lo que cada cual opinemos, probablemente Vladimir Putin y Donald Trump ganarán la partida en la que se encuentran inmersos: una negociación a su favor en Ucrania y la Presidencia de Estados Unidos, respectivamente.
Las más de dos horas de entrevista que el Presidente ruso acaba de conceder al periodista estadounidense Tucker Carlson, ofrece algunas pistas para explicar esas muy probables victorias. La clave es la enorme debilidad que Occidente ha exhibido para montar una estrategia eficaz de represalias en contra de Moscú. Y peor aún, el hecho de que sus repercusiones habrían dañado más a Europa (a Alemania desde luego), y en cierta forma a Estados Unidos que a Rusia. El Kremlin apenas ha resentido la caída de ingresos por concepto de hidrocarburos, pero a cambio ha diversificado su mercado gracias a sus crecientes exportaciones a China, India, Turquía y en general al sudeste asiático, con la ventaja de que hoy lo hace en yenes o rublos y no en dólares. La proporción del comercio internacional que se hace en dólares se ha desplomado en esta zona, que es, además, la de mayor crecimiento. Es el problema, dice Putin, de haber utilizado infructuosamente como prenda de extorsión la joya de la corona: el reinado del dólar.

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