- Los republicanos intentarán hacer la nación ingobernable si un demócrata se sienta en la Casa Blanca tras las elecciones
El candidato presidencial republicano y expresidente estadounidense Donald Trump en Las Vegas el 8 de febrero. JOHN MABANGLO (EFE)
Paul Krugman - El País
Han pasado casi cuatro años desde que el Congreso aprobó, y Donald Trump firmó, una enorme ley de ayuda destinada a limitar el sufrimiento económico provocado por la covid-19. La Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por Coronavirus (CARES, por sus siglas en inglés) cumplió su función. Aunque alrededor de 25 millones de estadounidenses perdieron temporalmente sus empleos –las pérdidas de empleo estuvieron causadas principalmente por el miedo a los contagios y no por los cierres decretados oficialmente– hubo mucho menos dolor monetario de lo que se podría haber esperado, dada la magnitud de la crisis de salud pública.
De hecho, según una encuesta de la Reserva Federal, el porcentaje de estadounidenses a los que “al menos les iba bien económicamente” era en realidad mayor en julio de 2020 que antes de la pandemia, presumiblemente porque para muchas personas las ayudas del Gobierno, incluidos los cheques únicos y las prestaciones por desempleo muy mejoradas, compensaron con creces la pérdida de empleos y negocios.

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