- El líder de Corea del Norte va a su cita con Vladimir Putin en un transporte lento, a prueba de balas y cargado de vino.
Cuando los servicios de inteligencia extranjeros buscan pruebas de que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, sale al extranjero —como su viaje a Rusia esta semana para reunirse con el presidente Vladimir Putin—, siempre revisan el paradero de un tren pintado de un verde monótono.
Uno de estos trenes fue visto el lunes en dirección norte, cerca de donde se encuentran las fronteras de Corea del Norte, Rusia y China. Se dirigía a Vladivostok, donde Putin participa en un foro económico. El martes, los medios de comunicación estatales norcoreanos confirmaron que Kim había salido en tren de Pionyang, la capital de Corea del Norte, con destino a Rusia. Las autoridades surcoreanas afirmaron poco después que había cruzado la frontera.
El tren verde que buscan las autoridades es uno especial y antibalas que Kim —y su padre y su abuelo, que gobernaron Corea del Norte antes que él— ha utilizado para visitar China, Rusia o la antigua Unión Soviética. Se dice que los miembros de la familia no confiaban en poder realizar un viaje seguro de larga distancia en una de las flotas deterioradas de viejos aviones de pasajeros de la era soviética de su país.

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