Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
Algo pasó en Palacio Nacional y en Morena porque, después de haber minimizado y menospreciado el efecto que tendría una ruptura de Marcelo Ebrard y sus seguidores con la 4T, las señales cambiaron. Ahora, en lugar del desdén mostrado por el presidente López Obrador y la candidata Claudia Sheinbaum ante las quejas y denuncias del excanciller y sus amenazas de abandonar al partido oficialista, la prioridad es evitar un rompimiento de Ebrard y ofrecerle una negociación política para que permanezca dentro del movimiento y evite una división que resultaría costosa para el lopezobradorismo.
Desde la oficina presidencial han comenzado a buscar un encuentro con Marcelo para ofrecerle que se siente directamente con López Obrador, ante la negativa de Ebrard para sentarse a hablar con Claudia Sheinbaum. La idea es que el Presidente dialogue y negocie personalmente con su excanciller para pedirle que ponga fin a sus quejas y acepte permanecer dentro del movimiento a cambio de posiciones para él y su gente, en las que se les garantizaría el respeto y la inclusión en las tareas del movimiento y en las próximas campañas.
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