Raghuram G. Rajan - El Economista
De cara al periodo posterior a la pandemia y al actual brote de inflación, la mayoría de las economías enfrentan fuertes vientos en contra que amenazan con devolverlas al estancamiento de la década del 2010. Pero con políticas para impulsar el comercio de servicios y un aumento en las inversiones verdes, las perspectivas mejorarían sustancialmente
CHICAGO – Los comentarios económicos de hoy en día suelen ser sobre inflación o recesión, así que consideremos las perspectivas de crecimiento una vez que los bancos centrales controlen esos desafíos.
Tal como están las cosas, parece haber vientos en contra preocupantes para el crecimiento. A medida que envejecen las poblaciones de la mayoría de las economías avanzadas, el crecimiento de su fuerza laboral se está desacelerando, por lo que será necesario que haya una mayor productividad por trabajador para compensar. Pero con la inversión en capital físico silenciada, es poco probable que la productividad laboral crezca rápidamente sin una innovación significativa, ya sea en los procesos de trabajo o en los productos. Si bien inicialmente parecía que el aumento del teletrabajo durante la pandemia mejoraría la productividad (al ahorrar tiempo y evitar la duplicación de capital en el hogar y en la oficina), muchas empresas están redescubriendo el valor de tener trabajadores en la oficina al menos durante parte del tiempo.
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