- El fin no justifica los medios, carece de proyectos utópicos que se manifestaban en una campaña que se alargó 18 años
Agustín Basave
CIUDAD DE MÉXICO (Apro).- Dostoievski pensaba que ninguna nación podía existir sin una idea sublime. Lo parafraseo en alusión a las comunidades nacionales que han forjado Estados incluyentes, libres y prósperos. Y agrego que, como escribí alguna vez, solo quien concibe su propia cima de grandeza puede aspirar a escalarla.
Pero aclaro: concebirla es mucho más que soñarla. Nadie puede llegar a esas alturas y gobernar sin proyecto y estrategia coherentes, es decir, sin un conjunto de fines y medios planeados y articulados meticulosamente y con visión de largo plazo.
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