Denise Dresser - El Siglo de Torreón
Renuncia, Rosario
Poco importa si Rosario Piedra Ibarra, la nueva titular de la CNDH, es
buena, mala o indiferente. Poco importa si ha sido víctima y por ello atenderá mejor a las víctimas. Es irrelevante si
sabe a cuántos periodistas han asesinado
en este sexenio o si le concierne. Podría
ser la Madre Teresa de Calcuta reencarnada y santificada. No sería suficiente para justificar su permanencia en el puesto. Las características loables o criticables de Doña Rosario constituyen una variable residual ante la realidad frontal.
Esa que Andrés Manuel López Obrador
no puede disputar, Morena no puede ocultar, Ricardo Monreal no puede desconocer, y Rosario misma no puede legitimar
si es la persona honorable que dice ser.
Cuando aceptó que le levantaran el brazo
para tomar posesión en medio de un vergonzoso zafarrancho, avaló un fraude.
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